Atotonilco el Alto dio inicio oficialmente a la Feria del Vergel 2025, una celebración que reúne a las familias del municipio y que destaca por su alegría, su identidad y el orgullo que caracteriza a la comunidad. Con un ambiente lleno de color, música y tradición, las actividades comenzaron desde temprana hora, marcando el arranque de una de las festividades más esperadas del año.

El inicio de la feria estuvo acompañado por un gran desfile inaugural, donde participaron instituciones, agrupaciones y representaciones culturales que llenaron de energía las calles del municipio. Posteriormente, se llevó a cabo el corte del listón en el Núcleo de la Feria, con el cual se declaró formalmente inaugurada esta edición.

La Presidenta Municipal expresó que la Feria del Vergel representa un punto de encuentro para personas de todas las edades y un espacio donde se celebra lo mejor de Atotonilco: su cultura, su gastronomía, su música y la calidez de su gente. Asimismo, agradeció a los padrinos de la edición 2025, el Mtro. Guadalupe José Torres Santiago y su esposa Elizabeth López Ornelas, por su apoyo y presencia en esta importante festividad.

La primera noche de actividades estuvo marcada por la presentación de Charly Pérez, Israel Valdez y Bruno el Número Uno, quienes encendieron el escenario con un espectáculo lleno de nostalgia, emociones y los éxitos que han marcado a varias generaciones. Temas como “Sin Respiración” y “Abeja Reina” hicieron vibrar al público, que cantó a todo pulmón y disfrutó de una velada inolvidable.

Con las luces encendidas, la música resonando y los sabores tradicionales presentes en cada rincón del recinto, la Feria del Vergel 2025 promete ofrecer momentos únicos para toda la población. Autoridades municipales invitaron a las y los atotonilquenses, así como a visitantes de la región, a disfrutar de las actividades culturales, artísticas y gastronómicas preparadas para esta edición.

La fiesta apenas comienza y se espera que los próximos días continúen fortaleciendo la convivencia y el orgullo de pertenecer a un municipio que mantiene vivas sus tradiciones.